En Mayo de 2018 se publicó en la revista Critical Care una actualización sobre el uso de adrenalina en la reanimación cardiopulmonar (RCP). Sus contenidos principales son los siguientes:
- La racionalidad del uso de adrenalina es la estimulación de receptores alfa-1, aumentando la presión arterial diastólica y finalmente la perfusión cerebral/coronaria.
- Estudios en animales han corroborado el aumento de presión diastólica en la aorta, pero los efectos en la perfusión cerebral/coronaria son variables..
- El principal cuestionamiento al uso de adrenalina es la alteración microcirculatoria, lo que ha sido corroborado por estudios en animales, aunque de manera poco constante.
- Los estudios fisiológicos en humanos muestran lo siguiente:
- Una mayor perfusión coronaria se asocia a mayor sobrevida.
- El uso de adrenalina se asocia a más arritmias post-PCR
- Los estudios clínicos en humanos muestran lo siguiente:
- Estudios japoneses que revisaron más de 500.000 pacientes, muestran que el uso de adrenalina se asoció a recuperación del PCR, pero malos resultados a largo plazo (sobrevida a 1 mes y sobrevida neurológicamente sanos). Sin embargo, esos resultados no fueron constantes ni claros en las diferentes series de pacientes.
- Un estudio francés que analizó 12 años de pacientes post-PCR, encontró que adrenalina se asoció a deterioro neurológico al alta.
- En Ontario (Canadá), la implementación simultánea del uso de adrenalina e intubación se asociaron a mayor recuperación de circulación espontánea (RCE) e igual resultado a largo plazo. Es difícil este análisis porque hay dos intervenciones que pueden interaccionar.
- Un reciente meta-análisis (más de 600.000 pacientes) mostró que el uso de adrenalina se asoció a 2,5 veces más retorno a circulación espontánea, pero 2 veces más daño neurológico al alta; no hubo efecto en sobrevida a 1 mes.
- El uso precoz de adrenalina se asocia a mejor resultado, excepto en pacientes con ritmo inicial desfibrilable.
- El uso de mayores dosis de adrenalina se asociaría a mejor resultado a corto plazo, aunque iguales resultados a largo plazo.
- La administración a mayores intervalos (cada 8-10 minutos) se asociaría a mejores resultados a largo plazo.
- Los estudios clínicos controlados muestran lo siguiente:
- Un estudio noruego mostró que el uso de adrenalina durante la RCP no tendría efecto en pacientes con ritmo desfibrilable y mejoraría sólo los resultados a corto plazo en ritmo no desfibrilable (igual a largo plazo). Un análisis posterior mostró mayor recuperación del PCR, pero peor resultado a largo plazo, con el uso de adrenalina.
- Un estudio en Australia evidenció que el uso de adrenalina se asoció a mayor recuperación del PCR e igual sobrevida a largo plazo. Este estudio no se completó adecuadamente.
- Este año 2018 deberían reportarse los resultados del estudio PARAMEDIC-2, que randomizó pacientes en PCR fuera del hospital a recibir adrenalina o placebo.
- En conclusión, el uso de adrenalina durante el PCR:
- Probablemente aumenta el retorno a circulación espontánea.
- Tiene efectos poco claros en resultados a largo plazo (sobrevida al alta, sobrevida a 1 mes y sobrevida sin daño neurológico).
- La perfusión coronaria/cerebral mejoraría, pero se asociaría a alteraciones de perfusión.
- Algunos estudios muestran mejores resultados con administración precoz de adrenalina, excepto en pacientes con ritmo desfibrilable.
- El estudio PARAMEDIC-2 se completó adecuadamente y presentará resultados en 2018 para aclarar este tema.
Esta es otra muestra de cómo no debemos tomar decisiones en base a pocos estudios. En casos como éste, lo mejor es buscar una recomendación internacionalmente validada y seguirla hasta que se modifique. En este caso la recomendación sería:
- Adrenalina inmediata en ritmo no desfibrilable.
- Adrenalina después de 2 desfibrilaciones en ritmo desfibrilable.
- Utilizar dosis de 1 mg.
- Continuar administración cada 3-5 minutos.
«Todos tenemos un plan… hasta que nos golpean en la cara…» – Mike Tyson