[fusion_builder_container hundred_percent=»no» equal_height_columns=»no» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» background_position=»center center» background_repeat=»no-repeat» fade=»no» background_parallax=»none» enable_mobile=»no» parallax_speed=»0.3″ video_aspect_ratio=»16:9″ video_loop=»yes» video_mute=»yes» overlay_opacity=»0.5″ border_style=»solid» padding_top=»20px» padding_bottom=»20px»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_2″ spacing=»» center_content=»no» hover_type=»none» link=»» min_height=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» background_color=»» background_image=»» background_position=»left top» background_repeat=»no-repeat» border_size=»0″ border_color=»» border_style=»solid» border_position=»all» padding=»» dimension_margin=»undefined» animation_type=»» animation_direction=»left» animation_speed=»0.3″ animation_offset=»» last=»no»][fusion_imageframe image_id=»1459″ style_type=»none» hover_type=»none» align=»none» lightbox=»no» linktarget=»_self» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» animation_direction=»left» animation_speed=»0.3″]http://reanimacion.net/wp-content/uploads/2014/11/06running_span-articleLarge-v2.jpg[/fusion_imageframe][/fusion_builder_column][fusion_builder_column type=»1_2″ spacing=»» center_content=»no» hover_type=»none» link=»» min_height=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» background_color=»» background_image=»» background_position=»left top» background_repeat=»no-repeat» border_size=»0″ border_color=»» border_style=»solid» border_position=»all» padding=»» dimension_margin=»undefined» animation_type=»» animation_direction=»left» animation_speed=»0.3″ animation_offset=»» last=»no»][fusion_text]
Ejercicio físico: ¿previene o aumenta el PCR?
[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container][fusion_builder_container hundred_percent=»no» equal_height_columns=»no» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» background_position=»center center» background_repeat=»no-repeat» fade=»no» background_parallax=»none» parallax_speed=»0.3″ video_aspect_ratio=»16:9″ video_loop=»yes» video_mute=»yes» overlay_opacity=»0.5″ border_style=»solid»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ layout=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» border_position=»all» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» center_content=»no» last=»no» min_height=»» hover_type=»none» link=»»][fusion_text]
Se ha demostrado que hacer ejercicio es una forma de prevenir las enfermedades cardiovasculares, pero el riesgo de un paro cardíaco extra hospitalario (PCEH) aumenta temporalmente durante una actividad extenuante. Los autores examinaron la etiología y las consecuencias después de la resucitación exitosa del PCEH durante el ejercicio en una población general no atlética.
Se incluyeron pacientes con PCEH con retorno de la circulación espontánea (RCE) o a los que se les estaba dando resucitación a la llegada al hospital. El ejercicio fue definido como actividad física moderada o vigorosa.
Se analizaron un total de 1.393 pacientes con PCEH y un 91(7%) de paros que ocurrieron durante el ejercicio. Los resultados principales fueron:
- Los pacientes de PCEH relacionados con el ejercicio fueron pacientes más jóvenes (60 vs 65 años) y predominantemente varones (96% vs 69%).
- El paro fue presenciado más frecuentemente (94% vs 86%), la resucitación hecha por un lego fue más frecuente (88% vs.54%), el tiempo para RCE fue más corto (12 vs 15 minutos) y el ritmo inicial fue con más frecuencia desfibrilable (91% vs. 49%, p<0.001).
- La etiología cardiaca fue la causa predominante de PCEH tanto en los pacientes relacionados con el ejercicio como en los que no lo estaban (97% vs. 80%) y el síndrome coronario agudo fue más frecuente entre los pacientes relacionados con el ejercicio (59%vs. 38%).
- La mortalidad a un año fue de 25% vs 65% y el ejercicio estuvo asociado a una mortalidad significativamente menor, incluso después de haber sido ajustado (reducción de 60%).
El PCEH que ocurrió durante el ejercicio estuvo asociado con una mortalidad significativamente menor en pacientes que fueron resucitados con éxito, aun después de haber sido ajustados por confundentes. El síndrome coronario agudo fue más común entre los pacientes con paro cardíaco relacionado con el ejercicio.
[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]