Si estas leyendo esto es probablemente porque tienes una cuenta en Facebook, Twitter o en ambos, y eso no solo quiere decir que tienes acceso a internet a través de una PC, Mac o algún dispositivo móvil… Probablemente quiere decir que en estos momentos no tienes otra cosa mejor que hacer. También, quiere decir que si estás leyendo esto es porque yo -un simple yo- puedo exponer cualquier idea a través de estas redes sociales y/o a través de un blog, un podcast o un foro de discusión, y solo por el hecho de contar con una conexión a Internet.
Lo que se escribe en la red ¿importa?
Pues quizá dependa mucho de quién seas o qué escribas. Millones de textos en las redes pasan inadvertidos mientras que otros se vuelven virales en pocos minutos. ¡El alcance que pueden tener algunos textos tan limitados, como es el caso de los 140 caracteres de un solo tweet es impresionante! Impresionante, pero no es lo único que debe importar. A veces un simple comentario se convierte en todo un suceso dentro de un grupo, una localidad, país o a nivel mundial -si, del mundo mundial- con miles de visitas o RT… y aunque sea de manera fugaz, hasta puede convertirse en un TT o Trending Topic.
En mi caso, puedo decir que soy ávido usuario del Internet y de las redes sociales desde hace varios años y aunque el objetivo principal de ello no tiene generalmente un objeto central -¿quién no ha perdido el tiempo navegando en internet solo por el gusto de hacerlo?- soy uno de los miles que utilizan las redes sociales para obtener información sobre temas que son de mi interés. En mi caso ese interés se llama medicina de emergencias. Soy visitante frecuente de foros de discusión para intercambiar puntos de vista (ej. www.e-mergencia.com) y participo activamente en grupos de Facebook con el mismo tema y objetivo; también comparto, tuitéo y retuiteo (@DrSkawman) enlaces de artículos científicos y noticias afines. Si encuentro a alguien cuyos comentarios me parecen interesantes le doy like o follow. Últimamente también colaboro en proyectos de difusión gratuita de información científica traduciendo resúmenes de artículos de investigación y noticias editoriales sobre medicina de emergencia (www.reanimacion.net); ese mismo esfuerzo se ha convertido en una incipiente serie de videoconferencias públicas y mesas de discusión internacionales sobre los mismos temas.
¿Importa lo que leo? ¿Importa lo que opino? ¿Importa lo que comparto? ¡Claro que sí importa! Y no es por hacerme el interesante, pero cada vez somos más y más los profesionales de la salud -hospitalarios y pre-hospitalarios- que hacemos lo mismo, enriqueciéndonos unos a otros con nuestro intercambio de ideas, enlaces, conocimiento y experiencias. Cada día somos más los que buscamos refrescar y compartir nuestros conocimientos de esta manera y es algo que realmente me emociona…. Además, las redes sociales -por su naturaleza de ser globales, relajadas y gratuitas- invitan a hacerlo sin suscripciones costosas, brechas sociales, poses sofisticadas, credenciales de acreditación, tarjetas de crédito ni fronteras de lenguaje.
El truco
Entonces ¿Es posible aprender a través de estos medios? ¿No dicen por ahí que no creamos todo lo que leemos en la red? Claro que se puede aprender y claro que no todo en la red es cierto… Basta con darse una vuelta en el ciberespacio para leer que la chirimoya cura el cáncer (sic) o que hay que toser fuertemente cada dos segundos para salvarse de un infarto al corazón (más sic.). Entonces ¿cómo discernimos entre lo que es verdad de lo que no lo es? Mi respuesta al enigma es sencilla: teniendo una idea general pero con bases sólidas del tema que se está discutiendo o investigando. Si no conoces del tema quizá las redes sociales no sean el mejor lugar para comenzar con tu búsqueda de conocimiento. Si entras a una comunidad o foro sin la menor idea de lo que trata un tema, es posible que te creas cualquier cosa que alguien haya escrito…
La experiencia y la responsabilidad
Leer en las redes sociales para aprender no es cosa segura y escribir en las mismas redes con el fin de compartir el conocimiento es una gran responsabilidad. Gente que apenas inicia en el tema de las emergencias médicas busca mucho en estos medios por ser accesible y relativamente amigable, pero es muy fácil que la desinformación legitimada por la Internet o falsas credenciales degenere en una inadecuada formación profesional.
Consejos para lectores
- Investiga el tema primero en una fuente formal, preferentemente un manual, artículo de revista o libro de texto. Utiliza buscadores especializados para esta tarea. Google Académico es una buena opción para principiantes (http://scholar.google.es/).
- Investiga al autor; lee varias de sus respuestas para “medir” que tanto maneja los temas.
- Desconfía de respuestas con demasiados errores de ortografía, al menos que el autor se excuse de estar respondiendo en una lengua diferente a su idioma primario.
- Compara la información en distintos sitios sobre el mismo tema.
- Haz preguntas concretas para solucionar pequeñas dudas.
- Busca en sitios con mucha actividad.
- Prefiere aquellas respuestas que incorporen una bibliografía actualizada.
- Participa sólo en foros y comunidades donde se respeten tus opiniones aunque estén equivocadas o sean un contrapunto válido a la opinión de otro usuario.
Consejos para colaboradores
Para quienes solemos colaborar con información en nuestros muros, copiando y pegando en blogs, retuiteando datos o simplemente respondiendo dudas en un foro de discusión solo tengo -más que un consejo- una amable petición: antes de responder, compartir, retuitear o comentar, ten en cuenta que quien te sigue, pregunta o busca información en estos medios necesita que lo que encuentre sea algo serio, actualizado y apegado a las guías y recomendaciones internacionales más recientes sobre el tema. Para poder ser una fuente de conocimiento, actualízate, nunca dejes de aprender y sobre todo, recuerda el alcance e impacto que tus aportaciones pueden tener.
2 Comments
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¡Excelente artículo!
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