El objetivo del estudio fue evaluar si el tratamiento dental puede mejorar la antisepsia oral, previniendo así más efectivamente las infecciones del tracto respiratorio bajo (ITRB) entre los pacientes críticamente enfermos.
Se realizó un ensayo clínico randomizado con observador ciego en una unidad de cuidados intensivos generales (UCI) para pacientes adultos.
Se analizaron datos de 254 pacientes adultos que permanecieron por lo menos 48 horas en la UCI.
Los pacientes fueron asignados aleatoriamente a través de un dado. El grupo experimental (n = 127) tuvo acceso a cuidado dental provisto por un dentista, 4-5 veces por semana. Además de la higiene oral de rutina, el cuidado incluía cepillado de dientes, rascado de lengua, remoción de cálculos, tratamiento restaurativo atraumático de caries y extracción de dientes. El grupo control (n = 127) tuvo acceso a higiene oral de rutina solamente, el cual incluía el uso de clorhexidina como enjuague bucal, que era realizado por una enfermera del equipo de la UCI.
El evento primario del estudio fue la incidencia de ITRB, que fue de 8.7% en el grupo experimental y 18.1% en el grupo control (riesgo relativo ajustado [RR], 0.44 [95% intervalo de confianza (IC), 0.20 – 0.96]; P = 0.04). Las tasas de neumonía asociada al ventilador por 1000 días de ventilador fueron de 16.5% (95% IC, 9.8 – 29.5) en el grupo control y 7.6% (95% IC, 3.3 – 15.0) en el grupo experimental (P < 0.05). Las tasas de mortalidad fueron similares entre ambos grupos de estudio: 31.5% en el grupo control versus 29.1% en el grupo experimental (RR ajustado, 0.93 [95% IC, 0.52 – 1.65]; P = .796). No se observaron eventos adversos severos relacionados con el cuidado oral durante el estudio.
La conclusión de los autores fue que el tratamiento dental era seguro y efectivo en la prevención de ITRB entre pacientes críticamente enfermos que se esperaba que estuvieran por lo menos 48 horas en la UCI.